Gestión de la incertidumbre (parte 3 y última)
¿Por qué es tan importante adquirir conocimiento, experiencia y práctica? ¿De verdad es necesario establecer unas normas propias para afrontar la gestión en entornos de incertidumbre?
La gestión de la incertidumbre consiste en decidir para influir, no en obtener un resultado
La gestión de la incertidumbre no consiste en enfrentarse a situaciones que se resuelven decidiendo aplicar unos recursos u otros para lograr un resultado predeterminado. Cuando gestionamos la incertidumbre la cuestión no es saber resolver, sino tener la capacidad de reconocer en qué y cómo influir, de generar oportunidades.
Nos resistimos a aceptarlo. Preferimos resolver porque supone alcanzar una solución a nuestro problema. No nos gusta asumir la falta de control, asumir que debemos actuar sin poder asegurar qué obtendremos. Incluso creemos que no lo hacemos nunca. Si le preguntamos a cualquiera sobre una decisión tomada, argumentará intentando que no queden dudas sobre su efectividad.
En cambio, la mayoría de nuestras decisiones, entre ellas algunas muy importantes, las tomamos en base a percepciones o correlaciones, sin poder asegurar el éxito. Son decisiones inciertas. Entonces ¿por qué las tomamos? Porque al menos tratamos de influir, intentamos mejorar las posibilidades de que algo suceda y a ser posible como nos conviene.
Tomar las decisiones correctas para que resulten lo más favorables posible.
Precisamente, en eso consisten tareas como las de liderar, innovar o emprender. En asumir que no podemos controlar un escenario incierto. Nuestra función como líderes, innovadores o emprendedores es determinar qué factores influyen en el entorno y tomar las decisiones correctas para que resulten lo más favorables posible.
Por eso, el conocimiento, la experiencia y la práctica son esenciales. Nos ayudan a determinar los factores importantes y ampliar nuestra capacidad de generar opciones. Después, las normas pondrán orden ante multitud de decisiones posibles, haciendo que decidir sea algo más sencillo, a pesar de la incertidumbre.
No podemos evitar tomar decisiones inciertas, aunque resulte incómodo que no haya una solución exacta. No olvidemos que la gestión de la incertidumbre se basa en decidir para influir -y no para resolver- y esa es la base de la diversidad. Permite liderar, innovar o emprender a cualquiera de diferentes maneras. Gestionar incertidumbre consiste en tomar las decisiones correctas cuando no todo esta en nuestras manos, cuando el éxito no se puede determinar exclusivamente en función del resultado.
Créditos de la fotografía: Tobias Sieben en Flickr (bajo licencia Creative Commons)
Javier Martínez Romero
En Twitter: @javisagan
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