Incertidumbre y riesgo: ¿existe correlación entre ambas?
Ya hemos comentado que existe una gran diferencia entre incertidumbre y riesgo y es preciso distinguirlos para afrontarlos con naturalidad.
La principal diferencia es que la incertidumbre no es medible, es sencillo realizar “previsiones” que resulten creíbles, que den una falsa sensación de certeza, aun siendo pura especulación. Sobre todo como justificación de las inversiones que se necesitan. En cambio, el riesgo es perfectamente mensurable. Sabemos qué y cuánto estamos arriesgando y por tanto podemos establecer una planificación o un plan de negocio en base a las “provisiones” necesarias, que es mucho más factible.
Sinceramente creemos que la forma en la que un altísimo porcentaje de planes de negocio y presupuestos relativos a ideas, proyectos o empresas se realizan, se hacen de forma incierta y sin el más mínimo sentido. Más aún, cuando suponen asumir una incertidumbre importante con respecto al nivel de éxito que pueden alcanzar. Se plasman en Excel, que aguanta todo, mejor incluso que el papel. Por supuesto, hablamos de casos en los que la incertidumbre existe, o más aún, casos en los que forma parte del valor que supone crear un nuevo modelo de negocio o implica la necesidad de acometer un proyecto.
¿Existe alguna correlación entre incertidumbre y riesgo?
Dicho de otra forma: cuanta mayor es la incertidumbre, ¿mayor es el riesgo? NO, el riesgo puede ser el mismo en dos proyectos, si entendemos como riesgo las cantidades aportadas, el tiempo dedicado, o en definitiva el valor de los recursos aportados. Y en cambio, uno de los proyectos puede parecer más incierto que el otro, por otros motivos. Lo que sí se precisa es ser consciente del riesgo que podemos asumir para un proyecto o puesta en marcha de una idea, de lo que llevamos asumido en cada instante y, de esta forma, afrontar con más claridad las dudas, sobre viabilidad o sobre si el camino es el correcto…
En los proyectos que nos presentan los emprendedores siempre existen grandes dosis de incertidumbre, pero es esencial valorar su capacidad de asumir riesgo y, por supuesto, de asumir el compromiso y el sacrificio necesarios para alcanzar el objetivo. Pero éste es un tema que trataremos en otra ocasión.
Créditos de la fotografía: Jamie McCaffrey en Flickr (bajo licencia Creative Commons)
Javier Martínez Romero
En Twitter: @javisagan